Discriminación
El demandante en este caso es una persona transgénero de mujer a hombre. Trabajó para una ciudad en California. Desde 2001 hasta al menos 2012 sufrió acoso por parte de sus compañeros de trabajo y supervisores debido a su transición de mujer a hombre.
Este acoso tomó muchas formas. Algunos compañeros de trabajo se negaron a llamarlo “él” o “él”. Otros insistieron en llamarlo por su nombre de nacimiento femenino. Se hicieron comentarios sobre su cuerpo, y algunos compañeros de trabajo regularmente lo apuntaban con sus teléfonos como si estuvieran fotografiando sus genitales. El tema común que atraviesa todo este acoso es que los hombres y mujeres que lo hacían se negaban a reconocer que él era un hombre. Eso provocó que el demandante sufriera una depresión severa y un trastorno de estrés postraumático.
La demandante se quejó una y otra vez de este acoso. Intentó todas las vías abiertas antes de presentar esta demanda. En respuesta, la ciudad hizo muy poco. Realizó algunos entrenamientos. Aconsejó a algunas personas. Pero esto no detuvo el acoso, y la ciudad se negó a tomar medidas reales para disciplinar a los responsables del acoso. Este fracaso hizo que cualquier paso que la Ciudad tomara fuera ineficaz.
Después de muchos años de litigio, la ciudad llegó a un acuerdo y pagó al demandante $650,000.